jueves, 2 de noviembre de 2017

PRUDENCIO Y PILUCA -12-


PILUCA
No me digas niño de  esos cientos de tus  amores, 
que bien al sentir el vuelo de mi paloma,  
tus anhelos como galán de respeto y entusiasmo,
entre algodones de una nube, pudiste llegar a mi morada.
    
No me digas que al son de tu sueño pudiste invadir  mi espacio
entre jazmines y rosas, leyendo en mis ojos las mil noches
que llevan  mis sueños, Cariátide  floreciendo mis esencias,
en el buen entender y alegrías.

¡Oh, santuario misterioso que habitas en la eterna palabra
del cauce de los sueños!

Amada y ardiente llama que prende en dos corazones,
en el silencio de los abrazos que rinden las emociones
en el santuario de los dioses.

PRUDENCIO
Un minuto yo quisiera un minuto de tu Amor para sentir en mi vida
la  alegría de tu corazón.

Tocar el cielo quisiera por ser para mí un regalo, qué  más a la vida
mi sentir pidiera volar contigo, a tu lado.

Si de calores se advierte  sírvase pues el verano.
¡Qué   bien  es sentirse amante   si hay amores cercanos
como en un jardín encantado donde un amor en silencio reposa
al sentir melodioso volando como mariposa!

¿Dónde estará mi  alma  que  advierte esa   mariposa  que de  mis ojos
se marchan lágrimas de dolor inquieto, y en el jardín se detiene otro, 
otro Amor puro, sincero, sumiso….

Donde busqué  el  primer beso 
y sintiendo la dicha de mi corazón preso,
te entregué mi alma tan solo buscando un beso.



                                                                            Pilar Novales

Poema registrado                                                                     

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