domingo, 26 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -40-

PILUCA
Bien que a tu pecho   
asirme  quiero 
por saber  de   tu traslúcida luz,  
 que para  mí  guardas.

Y en ser  halago,   
ennoblecida   mi alma queda
por ser atuendo de cierto lujo
que a mí me viste con cierta gala.

Aunque hubo espinas
 que a pinchar hirieron,
hemos de borrar  dolencias,  
cicatrizar heridas.

Avivar  pasiones  
de   esa   llama  permanente 
que acaricia  emociones 
con   la suavidad del paseo
hacia el latir inequívoco de pasiones,
de sentirme en ti precisa
aún sin condicionar prisa.

PRUDENCIO
De ti Piluca quiero  ser tu Amor interior,
miro   tu sonrisa, te  ofrezco mi libertad
 pues siempre me das esperanza,
ya que bien sabes
que en todo momento
te  doy mi lealtad.

Me entrego a ti con ansia,
pero hacemos un alto
en ir escribiendo historias y poesías
  unas ciertas  y   otras   de verdad.

Ternura  y bondad 
van   formando   nobleza
y   mucha  honestidad,
eso que tanta riqueza tiene
en ir forjando el cariño del amar.

Siempre me has enseñado a volar,  
si a mí vienes aprenderás a caminar
con tantas cosas bonitas
que me has podido enseñar.

Celestial   tiempo    de   la Luz, 
de   la  verdad    infinita   de amar 
dejando atrás los  tiempos  
de   prejuicios   y obviedad,    
  nunca  en   otra vida se  podrán
 las muchas dulzuras olvidar.

Y ahora Piluca, amante mía,
hay orquesta y después de la cena
a la luz de la luna
nos vamos a bailar
y no te quejarás de algún achuconcito
que te pueda dar. 



                                              Pilar Novales


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