lunes, 27 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -42-


PILUCA
¡Oh, cielos de tierras y mares, 
dioses  todopoderosos…!
¡Qué peregrinos andan entre letras
los buscadores de amores!
Mira Prudencio que hasta vi
tus deseos de hacerte  poeta,
cosa de importancia de gratificaciones
que bien nos trae a cuenta.

Pues más edad no tienes
que la de ser un chaval
como clavel de primavera
enamorando  a una pequeña flor
de esas que dan aromas
y agradecen  más de un achuchón.

Y mira tú, sembrando rosas
de esas que sonríen
con pétalos airosos
de fuerte color y muy briosas.

A mí me gustan los muchachos altos,
 más que  importarme la altura,
pues bien me agrada ponerme de puntillas
 para llegar a unos labios y ellos   cumplan,
aunque bien  deben ser con mesura
esos besos que con cariño se dieran
entre dos seres que caminan
entre aguas dulces sin presura.

Y nunca pensé que estos bailes
de estas islas de constante primavera,
fueran de grandeza tan sutil
y hasta “mimosos” con olas de solera
acomodando tus labios en mí piel.

PRUDENCIO
Estas  noches mi pequeña flor
son luces de estrellas
cuando se iluminan mis ojos
viendo  brillar la mirada de tu Amor!
Yo, sensibilizado en tu perfil
a darte un suave beso
se van  inclinan mis labios
bajo la luna callada del Universo.

Así como la vida pasa,
los caminos de la noche
van llegando al Alba…

¡Oh amiga,  Amor de la vida mía, 
bien sabemos  que el  mundo
nos va dejando alegrías.

¡Dulzura de mujer entre versos
llenando el castillo del Amor
de mensajes, estrofas, rimas y besos
y yo buscando ser para ti bienhechor.

Estrella de luz, sentires y presencias
marinera de estos mares
con el candor de tus esencias,
déjame siempre musitar en tu cuello
la finura de amar con mis caricias.


                              Pilar Novales.




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