martes, 7 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -19-


PILUCA
Cuantas veces busco  la luz de la luna, ese manjar de placer
sintiendo  ser la joya de los sueños, de tu querer.

Y en ser mis labios guinda, guardo para ti el dulzor
pues muy  engalanada  la luna dícese ponerme muy cerquita de ti.

Bien el Amor del alma, en cualquier lugar, ofrécele su nobleza
al frescor de la brisa de un querer...

Nunca la palabra poética  quedará vacía,  si  bien tiene en el regazo, brillantes pupilas de Venus o de  Cupido sin ser falsa locura,
ni ser ciegos devaneos.

Y la noche se hace quieta esperando las campanas del amanecer
y una rosa o una azucena siempre estarán para ti, para mí…

Sé que nunca es quimera un sueño que forjó el alma,
y la pasión, lo fraguó sobre la esencia y cordura
de un juicio de prudencia y sensatez.

Pues bien como Cupido te veo ser un dios en toda regla,
más en sentirte poeta, a ese tu dios  de las letras me encomiendo.

Y en ser celoso mi tiempo de amanecer, a buen recaudo te guardo,
como verdadero galán divino en el Templo de mi Amor.

No temas, esas letras tuyas del fondo onírico,
soñador de tu ser transparente en  lealtad, serán un premio de Amor.

PRUDENCIO
¿Recuerdas Piluca? Entre el polvo de estrellas una noche de verano
te encontré con la luz de la luna cuando pone su espejo en el mar.

Entre las olas sedantes que  relajan al caminar, en aquella luz,
 ya en tiempos te pude imaginar…

¡Cuántos momentos relajados ofrecen los caminos del mar!
Blanca paloma, alegre, juguetona como las olas del mar donde encontré la razón para amarte en silencio mi corazón.

Y disueltos como ese polvo de estrellas, quedaron en el aire los suspiros  de buscar el  encuentro, los latidos inquietos para poderte Amar
mi  dolido corazón.

En la nube más alta te invité a volar con los vientos de Eolo
para formar un nido como gorriones en la cálida burbuja de nuestro ser.

Impulso generoso de querer ver tu noche y tu amanecer entre el éxtasis 
que llena la vida del querer.

 Quiéreme, por favor, con ese hilito de oro que tiene tu corazón, 
únelo al mío para que brillen los dos como el sol.

                                                       Pilar Novales

Registro de propiedad.                                                                                                             


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