lunes, 6 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -18-


PILUCA
Si bien pudiera, un capricho yo quisiera,
 y en buscar en mi ser miel y canela
a ti ese dulzor  te diera.

Pues bien en pretender quiero
 escuchar la voz que tu corazón inspira
en el interior de tu pensamiento, que a mucho,
 de tu ser debe llevar de tu  emisor la lira.

Abrir tu maleta quisiera
ver el equipaje de tu corazón inquieto,
ese  capricho yo bien  quisiera, quisiera…

Quisiera tantas cosas de ti, tantos momentos cercanos…
Quisiera vendar las muchas penas que se adueñan de tu piel,
que hieren el caminar de tu alma de niño grande,
que siente y palpita
 no siendo deseo mantener en ti ninguna hiel.

Y entre juegos y miradas encender la sonrisa de tu sueño
cuando despierta la aurora rompiendo los besos
en noches de primavera…
Apagar la soledad, buscar contigo una vida nueva,
sentir el gozo de la armonía de la conformidad primera.

PRUDENCIO
Manjar de gusto y placer, aliento, joya de mis sueños,
Venus al despertar la fuerza de mi pecho entre la devoción,
 el entender y  fascinar los juegos del alma del querer.

Cuando la dicha del frenesí  de la palabra enciende sus ojos
es porque  ¿sabes? yo me hice poeta para ti.

Eres copa, cristal transparente y sereno para mí,
donde cualquier hombre puede embriagarse de ti.

De esas frescas playas de tu querer, fiel aroma de tierna  poetisa,
palabras  divinas salen del sentir de mi mano, y cuantas veces imagino tenerte junto a mí, muy cerquita, a mi  lado.

Con melodías  y cantos, con  locuras y decencia de poeta 
que  anda metido en hechuras de la metáfora para sentirse en ti feliz.

Dialécticas formas funden el broche de palabras
como amapolas al despertar, y se abren hendiduras,
de esperanzas para ensalzarte como altar de  virtudes.

Botón de alegría y gozo para sujetar el tesoro de haberes
que el cielo  bien te diera en don.

Ensayos donde encontrar la risa quitando la fatiga, 
la espera anhelante de encontrarte junto a mí.
¡Tesoro de mí sediento para beber en ti!

Y cada noche te espero entre los ensayos del corazón,  
en la sencillez, en el silencio para decirte esa cosita que a la luz de la luna,  
un dulce Amor de un enamorado debe saber.

¡Oh, silencio que ondulas el frescor e inclinas la frente al salir el Sol
con  la reverencia de la espera de un cariño!

Y se abre la flor, y se oyen los pasos como el crujir de las hojas secas
de un árbol al caer de sus ramas…

Y se funde la imaginación buscando la mirada de las almas
donde las damiselas hojas se pudieron desprender.

Se encienden las pupilas al dar la vuelta el viento
trayéndote en volandas sobre esa nube
que ha de llenar nuestra eternidad.
¡Tiempo de inspiración buscando rincones de regocijo y calor!

Y juguetean las hojas al encuentro de las letras escritas
que van en mi  lúdico  y atrevido pensamiento
donde podrá ser aposento para ti.

                                              Pilar Novales

Registrada                                                                     


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