PILUCA
Si bien pudiera, un capricho yo quisiera,
y en buscar en mi ser
miel y canela
a ti ese dulzor te
diera.
Pues bien en pretender quiero
escuchar la voz
que tu corazón inspira
en el interior de tu pensamiento, que a mucho,
de tu ser debe
llevar de tu emisor la lira.
Abrir tu maleta quisiera
ver el equipaje de tu corazón inquieto,
ese capricho yo bien quisiera, quisiera…
Quisiera tantas cosas de ti, tantos momentos cercanos…
Quisiera vendar las muchas penas que se adueñan de tu
piel,
que hieren el caminar de tu alma de niño grande,
que siente y palpita
no siendo deseo mantener en ti ninguna hiel.
no siendo deseo mantener en ti ninguna hiel.
Y entre juegos y miradas encender la sonrisa de tu sueño
cuando despierta la aurora rompiendo los besos
en noches de primavera…
Apagar la soledad, buscar contigo una vida nueva,
sentir el gozo de la armonía de la conformidad primera.
PRUDENCIO
Manjar
de gusto y placer, aliento, joya de mis sueños,
Venus
al despertar la fuerza de mi pecho entre la devoción,
el entender y fascinar los juegos del alma del querer.
Cuando
la dicha del frenesí de la palabra
enciende sus ojos
es porque
¿sabes? yo me hice poeta para ti.
Eres
copa, cristal transparente y sereno para mí,
donde
cualquier hombre puede embriagarse de ti.
De
esas frescas playas de tu querer, fiel aroma de tierna poetisa,
palabras
divinas salen del sentir de mi mano, y
cuantas veces imagino tenerte junto a mí, muy cerquita, a mi lado.
Con
melodías y cantos, con locuras y decencia de poeta
que anda metido en hechuras de la metáfora para sentirse
en ti feliz.
Dialécticas
formas funden el broche de palabras
como
amapolas al despertar, y se abren hendiduras,
de
esperanzas para ensalzarte como altar de
virtudes.
Botón
de alegría y gozo para sujetar el tesoro de haberes
que el
cielo bien te diera en don.
Ensayos
donde encontrar la risa quitando la fatiga,
la
espera anhelante de encontrarte junto a mí.
¡Tesoro
de mí sediento para beber en ti!
Y cada
noche te espero entre los ensayos del corazón,
en la sencillez, en el silencio para decirte esa cosita que a la luz de
la luna,
un
dulce Amor de un enamorado debe saber.
¡Oh,
silencio que ondulas el frescor e inclinas la frente al salir el Sol
con la reverencia de la espera de un cariño!
Y se
abre la flor, y se oyen los pasos como el crujir de las hojas secas
de un
árbol al caer de sus ramas…
Y se
funde la imaginación buscando la mirada de las almas
donde
las damiselas hojas se pudieron desprender.
Se
encienden las pupilas al dar la vuelta el viento
trayéndote
en volandas sobre esa nube
que ha
de llenar nuestra eternidad.
¡Tiempo
de inspiración buscando rincones de regocijo y calor!
Y
juguetean las hojas al encuentro de las letras escritas
que
van en mi lúdico y atrevido pensamiento
donde
podrá ser aposento para ti.
Pilar Novales
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