miércoles, 22 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -36-

PILUCA
No creas Prudencio que por más correr vamos a llegar antes, hemos de preparar el equipaje aunque ligero y bien es pensar cómo será el organizarnos pues bien somos, a la par, “dos en uno”.

También tengo ilusión de esos baños en las playas del Caribe, más, en mi recato, nunca pude pensar ir con un hombre sin “bautizar” nuestros momentos de enamorados aún con esos tus miles de besos que van en mi mente prendidos  siendo  entre tú y yo recibidos.

Pues bien es dicha saber que mi querer te entrego como generosa alegoría, emblema y signo, más en  generoso acento, esa  melodía  al sentir la suavidad de tus manos como  relajada harmonía.
Bien sabes que en el jardín de los amores, comedimiento  debe haber aunque  a deshojar  la rosa  limpia y perfumada, se encamina mi ser a tu querer en el  momento preciso que pueda en ternura ser.

A buen recaudo guardé los suspiros con buen lenguaje de caricias, de suave dulzor bañando la luna el aposento de nuestra más tierna locura, y así sea la presencia,  la armonía que requiere el firme Amor tuyo y mío.

La tierna candidez del momento y a bien florecer sobre la suave ternura del cariño, que en tal momento candoroso, me estás deleitando y a ti Amor, a tu abrazo  me  ciño, acaso por ver dentro de ti un cuco  guiño.

                                                            PRUDENCIO
Pongo mis besos en tus inmaculados labios para caminar juntos, siempre a tu lado. Aún escucho tu palabra muda al acariciar tus labios   ofreciéndote reposar entre mis brazos como si del cielo fueran nuestros
dignos abrazos.

¿Dónde está ahora tu mente perla dorada de los mares, coral del sol creciente que iluminas  mi vida y todas mis ilusiones y anhelos?

¿Dónde estás paloma del alma mía que sin luz me dejas sin la luz de tu mirada y no te encuentro entre tanto paisaje que me  ofrecen los sueños pasados a la realidad?

Busco el agua fresca del manantial de tu rosa de la inmaculada primavera de la noche.

Dime, ¿quién escondía tu risa y tus ganas de vivir apagando la suerte de tenerte junto a mí si al despertar no te podía sentir?

He andado desplazado de la vida sin poderte encontrar aun  estando juntos  he deambulando si después del sueño no te podía  hallar.

Tú que has cubierto mi desdicha, por ser un ángel de Amor, y tan solo el sueño me ascendía a ser feliz.

Ay,  Piluca, sin permitirme ver la realidad de mí ser hasta este momento junto al mar. Rosa de alegría, aroma de mi Amor, perfume de sabiduría buscando tu perfumada caricia.

¡Oh, bella mujer, no te vayas como aquel Amor, no me dejes  en el jardín del sueño, en  las ilusiones, en la ternura de mi corazón silencioso y soñador que el sueño, hoy sea para siempre realidad!

Vive Amor, toma el  camino corto, permíteme libertad  conquistarte, ser tuyo, solo tuyo para amarte.

Porque dime: ¿qué es el Amor sino sentirse cercano, unida el alma que sin querer, se ama sin saber por qué?

No sabes mi cielo lo fatigado que anda mi ser en tanto tiempo de espera y tú en el vago silencio de las melodías de tu voz, de tus letras que ya buscan dejar razón a mi corazón.

Más tú, mi querido ser, eres la sanadora, estás dentro de la cura de este Amor como si tu alma en mí renaciera.

Cada noche te rozo, acaricio con mimo tus suaves manos de lirio y seda,
te beso con respeto en la frente buscando tímido tus labios.

¡Cómo muerde la vida del Amor haciéndose dueño del dolor, quitando dulzuras, dejando sin nombre los días, los meses y los años en el secreto
del ocaso de la existencia humana!

En ser ya realidad, tú y yo nos encontramos en un presente recién estrenados a  un  viaje de placer, a consolidar con la luna nuestro sentir de Amor.


¿Qué dices mi ser querido si en un  hotel de cinco estrellas y con guante blanco cada servidor, nos ofrece crear los sueños en la realidad con luz de estrellas y llenas un par de rosas con todo el aroma de nuestro Amor?

                                                                                        Pilar Novales

No hay comentarios:

Publicar un comentario