domingo, 12 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -23-


PILUCA
Por ti canto, por ti vivo, por ti muero, bajo la luz de la Luna
y cada  noche de ti me enamoro.

Sabes que siento la espera, que despiertas mis anhelos
y siempre cuando te veo, más  confío  en tu saber y avenencia,
que me ofrezcas, como yo,  la riqueza de nuestras  manos,
ese sabor de la entrañable  armonía.

Y  nunca voy a poder  olvidar el  valor  de  tu  querer, 
es  riqueza de mucho haber, en conciencia y en saber
siendo en letras atuendo generoso en tiempo dadivoso.

Pues entre mariposas surge la sensible evocación que no deja de ser
 atino de musas cuando el mar está en calma y nos envuelve la brisa
de ese mar que nuestra inspiración precisa.

No dudes Prudencio que si un Amor he de tener,
no hagas mucha sed que a su tiempo,
de ese Amor sin duda tú has de beber,
mi cerebro de acuario en una nube nos podrá poner.

Las letras son primavera, la poesía vuelos, milagros,
ánimo en cada amanecer donde se funden los  sentimietos,
son caminos mágicos regalando alientos,
ventanas abiertas al despertar el sol.

PRUDENCIO
La fortuna me sonríe con música celeste y en encontrar tu amistad
voy a saber  quererte, que mi corazón me guíe,
que se funda con el corazón tuyo.

Ya ves que es poco mi haber pero aún chiquitito mi corazón,
con  un gran trozo de amor con cariño te lo entrego.

Si desde el principio te pensé, más ahora te quiero por ser para mí  
fortuna que olvidarte no puedo.

Es tiempo de reflexión que las letras me han de conducir
pues buen talante tiene tu fresca flor
que me alienta y me enamora culminando mi  emoción.

Y por tu sentir y anhelo, ando yo centrado en locura
por lo mucho que desde ya te quiero
y con agüita clara de la fuente del lirio,
lávate la cara niña que yo te la he de secar
con un pañuelito fino.

Entre humildes margarita entretenida he de tenerte
con tus caprichos que  a sazón bien serán los míos.

Déjame entrar en tu jaula de oro sabiendo que el Amor de dama
nunca en otro ser encontrarlo  pueda,
siendo pues señora mía honor y gloria para la vida mía.

Blanca paloma, deseosa Rosa con aroma de primavera,
que buen placer yo tuviera en ese tu aroma que para mí darlo quisieras
a este humilde ser que agradecido  fuera en  dar y recibir
y complacencia en mí fuera.


Pues en requiebros ando yo que versos del alma he de escribir 
a tu sentir entre mimos y besos a la bondad y belleza tuya.

                                                   Pilar Novales

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