PILUCA
Ya
encontrando esa luz, si tú supieras mi Amor que esa velita en la noche ha
estado iluminando tu mirada luciendo en un rinconcito de mi corazón noche tras
noches. ¿Y ahora qué?
Galas
nos hemos puesto para correr el nuevo camino pero no sé si me atreva aún
contigo, Prudencio, mira que las letras son muy “pillas” y a veces conquistan con una dulzura que engatusan los pensamientos.
Sé
que eres caballero de digna ilustración que por Amor aprendiste a ser poeta, a
ser mano dulce suavizando la piel de un corazón, y sobre todo a sentir los
sueños que llevan gratificación hacia el camino de cubrir la aventura del deseo,
de ir quitando, quizá, fantasmas que a
veces acompañan en las noches zozobrosas.
Dejaremos
cerrada la puerta del ayer, abriremos otra en un edificio nuevo dentro de tu
vida y mi vida, una energía nueva será la oportunidad de nuestro tiempo
presente, abrazando la belleza que nos
rodea el entendimiento, vamos a sentir el verbo presente del hoy.
PRUDENCIO
Como
ventana abierta siempre al destino, quiero escribirte un mensaje poético dentro de la prosa dibujando un ramo de rosas
rojas, para que tú escojas esos aromas
que mi corazón envía con talante de
beldad y armonía, como Venus de mis
sueños llegados a la realidad vivida.
Nadie como tú me podrá comprender y darme la dicha que tengo de haberte encontrado en mi camino, en ser amado por tu mirada, por tu hermosura y hasta por los besos de tu boca, que bien me ha constado conseguir alguno que otro a través de la poesía del alma.
Así, sea entendido, que el momento te solicite licencia, y de los sueños sea viva presencia que ya el Amor nos permita los arrumacos, que esas nubes silenciosas, tengan voz y mérito de consolidar un Amor bien trabajado a puro de letras que día a día, su poética emoción ha consagrado.
No
sé si en declarar este mí Amor, habré hecho a tu sentir y
a tu hermosura algún desdén pues bien pudiera ser, locura mía y hasta
desdoro, en pretender que de alguna forma seas mía.
Si
alquimista fuera, mago sería para ofrecerme como el dios Apolo y ya en ti mi
gozo fuera haciendo para mí, aún con mis defectos que limarlos pueda, para las
virtudes de la vida tuya.
Y
en ser ya que los tiernos besos que yo te dé apretando a mí pecho la mariposa
de tu cintura, deleiten los momentos, que disfrutar puedas con mi locura envuelta
en las olas de mis abrazos para tus
glorias.
Bien
sufrí por amar pero el Amor presente, cubre todo el horizonte de mi caminar, de
mi sentir más profundo filtrando en mí tus rayos de sol, fuente de mi corazón
anhelante.
Hágase pues el
momento de ser felices en el remanso de paz que nos ofrece el mar en tiempos de
vacaciones y vayamos a darnos un baño en esas cálidas playas del Caribe.
Mª Pilar Novales
Final de la primera parte
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