viernes, 17 de noviembre de 2017

PILUCA Y PRUDENCIO -30-


PILUCA
Bien vamos viendo que el Amor es más fuerte que la razón
y en la hermosura del alma no tiene comparación.

Nos mandan al mundo sin saber qué asignaturas
de la vida hemos de aprender,  cosa ausente desde que nacemos,
desde la mano de la inocencia, hasta la madurez,
nacer, aprender y morir.

Más el avanzar no solo es en aprender
del camino que elegimos o nos toca vivir,
sino saber disfrutar y entender
esa ética, conducta de la vida
que hace más hace más alegre y feliz nuestro ser.

Sé que entre muselinas está la lira de Apolo,
ese dios griego, olímpico dios de las divinas distancias
que protegía desde las alturas,
con la luz de la verdad hasta nosotros
con tiento, poderla encontrar.

Pues bien fue patrón de la música, de las bellas artes,
fuente de inspiración para artistas y citaristas, ya que la cítara
fue instrumento de cuerda, y un trovador como tú,
bien puede encender la llama  al canto de su guitarra.

Y en admirar, yo admirar puedo esa finura del arte,
esa agilidad de tus manos para sus  trastes
 como la imaginación del valor
de ese  talento tuyo que entre letra y letra
anda sin duda para un Amor seducir seducir.

PRUDENCIO
Bien podría ser que en hacerme poeta por ti,
cómo no voy a ir en busca de la cítara
y hasta del mismo Apolo si a ti complacer pudiera
 y bajo tu balcón, y  la atenta mirada de la luna,
trovador   hacerme quisiera.

Y  tú, mi estimada Piluca,  me estés esperando
como todas las noches, ahí donde se une el cielo y el mar,
porque  tu Amor y mi Amor
 es limpio, todo un valor espiritual que nos atrae y nos une.

¡Oh Amor, te amo y te doy, mi cariñoso aprecio,
mi abnegada bendición!

Entre el azahar con la luz de la Luna, busco una estrella con aromas
que dé luz a mi soledad, soledad  inquieta de deseos…

Y en lucir mis sentimientos, una vela entusiasta encender pretendo,
y volar con aromas de una flor, con  alas de mariposa,
con aires de cantar al encuentro de un alma digna
que pueda mecer mi sueño y la pueda  enamorar.

¡Oh luz de la vida, velas que podéis lucir y  engalanar mis sueños
en  el secreto que ciñe el aire bajo el río dulce
con  la  túnica invisible de inocencia.

Cúbreme como un hada misteriosa todo mi ser  
quitando  el amargor de la vida,
que pueda secar mis lágrimas al encuentro del querer.

Sé sustento para curar  aún el sentir pasado de mi ser,
no seas solo  lisonjera mi niña bonita,
hazme presto en contento para mi vida embellecer.



                                 Pilar Novales

Registrada                                                                     

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