PILUCA Y PRUDENCIO -29-

PILUCA

Así como yo, sin dudar quisiera

bien a fondo conocer tu pluma

buscando laureles para lucirlos

en el ala de tu sombrero.

Pero has de saber Amor

que yo tengo alas para el vuelo,

 como gorriones hemos de ir cantando

para aprender a querernos
al vuelo y cantos de los sueños eternos.

A saborear la miel y degustando el dulzor,

de  la risa que tanto tiempo lleva privada en ti,

 a querer las alegrías de nuestra ternura ya que el Amor,

no tiene fantasías cuando es manantial del corazón,

cuando el alma lleva esencias,

vuelo de gaviotas y cánticos de Ruiseñor.

Tú eres un alma madrugadora con besos de verdad,

copla y música  para mis poemas,

caballero de anhelos cuando despierta la aurora 

mis mañanas de prosperidd.

Encanto de florecillas llenas de alegría y emoción
al abrir mi ventana encendida del fuego del sol,
ese sol que va fraguando en mi corazón
una caricia, un beso constante de Amor.

PRUDENCIO

Y que nadie se atreva a robarme tus besos, 

no sé pero ¿sabes? 

de verdad quiero sentirte en el misterio de mi ser.

Déjame vivir los sueños, que fluya la alegría del momento,

es libertad del pensamiento.

¡Oh nadie se atreverá a robarte mis besos

 hasta que tú lo decidas,

Dios es Amor y respeto
dentro de la naturaleza concedida!

Amor, yo  quisiera  estar contigo

pero  solo  me queda  evocarte,

o en mi   sentir inquieto, en mi poder imaginarte.

¡Oh cielo del silencio donde a placer la imaginación,

 puede crear el Amor entre la fresca hierba

del entendimiento y  la razón,

ese sentir primoroso que encierra la pasión del corazón!

Quiero ser un vaso lleno para ti, no me veas ingenuo.
Quiero ser luz para tu camino. Escúchame como una plegaria
en el grito de mis noches.

¡Oh amistad que te encontré sin poner precio

 ni tampoco poner condición, préstame hacia mí el contento, ese sueño de mis letras, deleitoso sentir, fuente de deseo podeoso!

Más, la espera Piluca bien se me hace larga
escribiendo tantas letras
que me van llegando al alma
y pronto creo que el libro de poemas,

de tanto imaginar,

ya un poquito se ha de parar,
pues un hombre soy
y del libro a la bella pluma bien se ha de pasar. 

                                               Pilar Novales

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