En mi ventana siempre habrá
una Rosa anhelante
del Cariño que sellamos,
de ese Amor
que crece entre las manos.
una Rosa anhelante
del Cariño que sellamos,
de ese Amor
que crece entre las manos.
Y levantan nuestras
gargantas
con voz entusiasta
canciones del alma
que fluyen de nuestra mente
con voz entusiasta
canciones del alma
que fluyen de nuestra mente
y del corazón
entusiasta.
Y se cierran las
heridas
de un Amor confundido
que anidó en nuestras vidas.
de un Amor confundido
que anidó en nuestras vidas.
Y seguiremos siendo
amantes,
amantes permisivos
porque ya no hay heridas
al henchir sus corazones
dos amores comprendidos.
amantes permisivos
porque ya no hay heridas
al henchir sus corazones
dos amores comprendidos.
Mª Pilar Novales
Lo dices muy bien, amiga, con tu forma apasionada. Es un placer leerte.
ResponderEliminarBeso
Qué buen poema, Ma Pilar, recomendó José Valle Valdés que visitaramos este blogspot, y qué bueno que vine. Un estilo simple, claro, y amoroso. Soy tu nueva seguidora. Besos!
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