jueves, 11 de septiembre de 2014

EL LAMENTO DE BERNARDINO

Cuando un corazón se entusiasma en hacer hueco en el alma se cree no haber nada que lo venza pues ya el pecho vibra por ser pasión que reside formando la agudeza que preside el sublime Cariño que lo consolida y nada pues lo envilece sintiendo así las dos almas acentos irreversibles.

¡Oh, Amor, te amé tanto que Cupido solo tenía la flecha de oro para mí, más, qué invicta razón cambió formando batalla para mi sentir!

¡Oh, Amor loco que crees tener para siempre el poder y la gloria hasta que Cupido bien prepara la flecha de plomo dejando el alma en confusión con el dolor de la pasión encendido y hecho cenizas va sembrando el olvido y la ingratitud en los corazones quitando el señorío de su honor!

Buscando ser vencedor del Cariño se pierde su valor que era de vida porvenir perdiendo la razón buscando la constancia de no ser perdedor, más imponiéndose Cupido se ausenta el entendimiento y voluntad quedando en el recuerdo una herida mortal.

                                                                                                          Mª Pilar Novales  Fandos

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