Déjame amarte,
quiero ser el sueño de tu boca,
acariciar con
mis manos tu sonrisa.
Sabes que puedo ser la rosa del Alba
impregnando tu piel entre
finos pétalos y aromas.
Quiero que seas mi dueño,
no tengas celos por mis amores
vividos,
compruébalo en mi pecho,
déjame contenta apoyar
mi cabeza sobre tu
hombro.
Déjame que mi naturaleza íntima
haga fluir la grandeza de
quererte,
entrar en tu alma al anhelo de tus abrazos…
Déjame adquirir tus potencias insaciables,
que las albas del
misterio de mis sueños
se encuentren con los tuyos,
que se unan nuestras voces.
Como de un pintor
o de un poeta,
permíteme ser tu Musa,
tu
canto de primavera,
dame la licenciatura de tus besos.
María Pilar
Novales
Apasionado y bien logrado poema, amiga. Te felicito.
ResponderEliminarBeso