martes, 12 de agosto de 2014

SOLERA DEL PUENTE DE PIEDRA DE ZARAGOZA

De niño no fuiste muy sólido,
tus familiares romanos
no te construyeron  fuerte,
la fuerza de las  aguas te  derribaron
dejando   añicos tu cuerpo infantil.

Abderramán ll te reconstruyó,
quedando  gran lucidez en tu estructura
con arcos de prosperidad
por donde pasaban las aguas del Ebro ágiles
y con total dignidad.

Al venir bravas y traviesas las aguas,
una  riada insolente te deterioró
poniendo   algo de enfermedad
en tus torres de tiempo medieval.

Más,  bien te reparó un maestro de obras
que en mucho te pudo apañar,
Felipe de Busignac que en tus cimientos acertó
en dejarte nuevo con piedras sólidas
que tenía el papa en el monte Burrén
entre Fréscano y Grisén.

En el siglo XX se fue acicalando tu estilo gótico
         aumentando  tu belleza el escultor Francisco Rallo
         para competir fuerte y entusiasta como antaño.
          
Seguiste siendo conjunto monumentalya que desde mediados del siglo XV
fuiste gran comunicador
haciendo buen trabajo tu disposición.

En tu grandiosa solera,
después de los bombardeos franceses
del año mil ochocientos trece,
quedaste bien restaurado
con gran orgullo y solidez.

Y en alerta tus cuatro  leones,
bien te apoya  y te respalda
la magnificencia del Pilar,
santuario que la Virgen mandó edificar,
reflejándose en el cielo…

…y en las aguas del río,
la gran suntuosidad
dando honores a Zaragoza,
       nuestra  Ciudad Inmortal.

Y en el correr de los siglos…
¡Cuántas veces, Puente de Piedra querido,
has visto las aguas del Ebro besar el Pilar
buscando la bendición de la Virgen,
y en pasar por tus grandes ojos,
navegar contentas para dar al mar
su afectuoso abrazo fraternal!

                           Mará Pilar Novales


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