viernes, 22 de agosto de 2014

LEONARDO HILVANABA SU CORAZÓN

Entrelazaba su mirada en los campos de primavera,
las espigas sonreían buscando el entusiasmo del verano.

San Isidro  parecía  estar  con su   oración    entre los campos, la melodía  que entonaban  los  pájaros  era sustento  de alegres momentos.

Leonardo hilvanaba su corazón, con aquella fértil cosecha podría hacer un buen regalo a su amada.

El riachuelo cercano ofrecía frescura de encuentro.
¿Era real o imaginada aquella Paz transparente dilatando las pupilas de un enamorado de aquellas fértiles tierras todas bendecidas por los dioses?

Sus mudas palabras lucían el equipaje de una ilusión para vivir, respiraba la Naturaleza,  aquél don Divino que Dios había puesto sobre  el  mundo    donde   él, entre  las  duras  tareas  del campo,   tenía  atrevidas emociones para ser feliz.
                                        

                                                                                                         Mª Pilar Novales

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