jueves, 14 de agosto de 2014

LA CARICIA Y EL AMOR

Se asomó a la ventana de la brisa,
era un día de primavera
el Alba sonreía,
el Sol con entusiasmo,
ofrecía cánticos de alegría.

Ella, iba vestida de espuma,
él, con traje de marinero,
en su inteligencia un sombrero tirolés.

El Amor se fue a navegar
se subió en una ola,
llegó al cielo, bajó a la orilla
reuniéndose con la Caricia.

El sueño se complacía,
se fueron al campo de los azahares,
las mariposas consideraron
que era la felicidad del momento.

La Cariciay el Amor
volvieron a la orilla de sus mares,
las caracolas comenzaron a murmurar
no al uso de buena talante, ¿celos?

...Y se preguntaba la Caricia
¿Por qué sin ser llamadas
han de meterse las caracolas
incordiando los amores?

En llegar la noche
iluminando la Luna
con su vestido blanco,
llamó a las Nereidas
hijas de Nereo y Doris,
salieron a la superficie.

Aún poniendo un correctivo
a las arrastradas caracolas,
éstas remitieron en aliviar los lloros
del fondo de corazones sedientos.

La Caricia decidió no asomarse nunca
a la ventana de ninguna brisa,
tomó el tren de cercanías,
con cierta dolencia pensó,
por si acaso las caracolas remitían.


                                                   María Pilar Novales

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