viernes, 15 de agosto de 2014

LA TOMO EN MIS MANOS

Te voy buscando cada tarde
por las calles que recorríamos juntos.

Cada día tu  recuerdo
se hace presente en el tiempo,
el calor del Sol quema la piel,
los entusiasmos de encuentro se avivan.

Te escribo un poema, te llamo a voces,
un árbol que me da sombra, sus hojas,
pronuncian tu nombre.
En mirar el suelo junto al jardín cercano
donde yo me he sentado en un banco,
una Rosa se ha desprendido de su rosal,
el suave  viento la atrae a mí.

La tomo en mis manos,
ella busca mi Caricia, mi mente se dilata,
creo ver a Dios en ella,
se forma tu imagen, sencilla y casta.


¿Cómo puede coincidir la realidad de un ser
cuando su energía conecte con la pasión,
con esa voluntad de la Fe
si tan solo con unas sílabas escritas
se ha puesto a funcionar la emoción? 
                                           
                                                                  María Pilar Novales

No hay comentarios:

Publicar un comentario