domingo, 24 de noviembre de 2013

PAYASITO FELIZ


Hace mucho tiempo
para distracción de niños
a un payaso conocí.
Su peluca era un suceso,
sus ojos igualitos, igualitos
que si fueran huevos
dentro de dos platos blancos!
Su boca, ¡uf!...
¡Que os cuento de su boca,
pues ni una tajada de sandia
de oreja a oreja le igualaba!
Su traje era un disfraz,
que entre corto y largo
muy regular le quedaba,
aunque siempre su forma entonaba.
En su mano izquierda
un manojo de cartas
para hacer juegos llevaba.
En sus pies, zapatos de siete leguas
informalmente calzaba
y con pasos muy cortitos…
¡Largos cuentos
felizmente, a los niños les contaba! 

                    Pilar Novales



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