lunes, 11 de noviembre de 2013

LA NOVIA


De carruaje de plata fina
desciende el orgullo de Azucena
y al honor de rosas blancas,
que entre el dulzor de azahares
en ornamento a ser bellas,
se encienden las luces
iluminándose la Iglesia.
Con traje de seda
y velo da casta paloma,
en silencio, con brisa de manantial
y humilde mansedad
transparente como el cristal,
va la novia hacia el altar.
En la intimidad de su alma,
busca de Dios
atenta y feliz bendición
al sentir sublime del corazón.
De perlas y esmeraldas
los ángeles celestes
ciñen sus coronas
pues ya en los contrayentos
se iluminan sus miradas
felices y abnegadas.
¡¡Oh, caricia de la Rosa Amorosa
cómo pones en las almas dulces,
del amor, tu sonrisa generosa!
                                        Pilar Novales
                                                    
Para el feliz enlace de la srta. Arregui  





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