martes, 5 de noviembre de 2013

CUANDO SE ENCIENDAN MIS OJOS



Cuando se enciendan mis ojos entenderé el dar gracias a Dios por vivir. Por llegar al mundo para crecer mi alma y entender que el ser humano ha de aprender la savia del Amor sin presunción, acaso, será la humildad eslabón de virtud y talento para “persuadir” dificultades que como trampolín de inquietudes se presentarán.

Pero entenderé que la caída no es una derrota sino un aprendizaje hacia lo sublime. Entenderé que la vida tiene nombres propios y hay que tomar el timón del barco de nuestra propiedad que es el “YO” de cada ser humano.

Entenderé que la cosecha de nuestra vida es según hayamos sembrado, y que aunque no siempre el tiempo vaya a favor, hay que ser fuertes para el trabajo encomendado por ese Dios supremo que nos mandó al mundo para reciclarnos, para aprender y enriquecer nuestro espíritu.
                                         
                                                                                                                                                     Pilar Novales




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