Querido Río que vas cargado de sol
lo mismo que de estrellas
cuando sonríe la Luna en la noche.
lo mismo que de estrellas
cuando sonríe la Luna en la noche.
El poema siempre es tu amigo
buscando las palabras de tu sueño
siendo amiga la onomatopeya contigo.
buscando las palabras de tu sueño
siendo amiga la onomatopeya contigo.
Y surgen las frescas voces de tu canto
haciéndose Dios presente
en la divina sonrisa de tu encuentro.
haciéndose Dios presente
en la divina sonrisa de tu encuentro.
El entusiasmo te admira
por la humildad de tu presencia
porque tú, Río querido entre dulzura,
eres la cognición de la propia Naturaleza.
por la humildad de tu presencia
porque tú, Río querido entre dulzura,
eres la cognición de la propia Naturaleza.
Se para de murmurar el viento
para que lo árboles en quietud
aprendan tu entusiasmo y tu valor poético.
para que lo árboles en quietud
aprendan tu entusiasmo y tu valor poético.
Bellos momentos de encuentro
engalanan tus transparentes aguas.
Más, yo pienso en mis adentros…
¿serás un ser humilde y dichoso
que enseñas a los humanos
comportamiento fraternal
para darte a los demás?
¿serás un ser humilde y dichoso
que enseñas a los humanos
comportamiento fraternal
para darte a los demás?
¡Oh, Río querido
que feliz me siento cuando te admiro!
Mª Pilar Novales
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