miércoles, 10 de diciembre de 2014

PARA QUE NUNCA NADIE JUEGUE

Como la golondrina
que se pierde por el mar,
ese fue tu Amor
que no atinó la distancia,
que no supo volar…

Se cansaron sus alas
por no saber soñar,
ni  saber en la orilla
los encuentros abrazar.

Esos encuentros
de un alma digna
que le invitó a soñar
quedando sus palabras
escondidas entre la arena
sin el poder de acariciar.

Dejando una fractura
el golpe del sinsabor
en un corazón honesto.

Soldando la fisura
se ha de  levantar con bríos
para que nunca nadie juegue
dejando un alma herida,
muriendo los primeros sueños.

                                          
                                                    Mª Pilar Novales

No hay comentarios:

Publicar un comentario