martes, 9 de diciembre de 2014

CUANDO DEL CIELO BAJA AL MAR

Siempre pensé que mi osamenta
nunca iría a parar
a ninguna tumba egipcia.

¿Para qué mis huesos ennoblecidos
envueltos en momia
sin ya futuro entendimiento
careciendo de energía
para su ágil movimiento?

Hecho ya el cuerpo en rígidas piltrafas,
ausente de su identidad y belleza
la que hasta su último hálito
fuera  su digna pertenencia.

Más convertido el cuerpo en  ceniza
bien sería esparcido
colocado bajo un árbol
acaso para  mejorar
su enérgico crecimiento.

Pero aún antes,
pienso conquistar la Luna
cuando del cielo baja al mar
navegando en mi barca
la que siempre
otorgó a mis sueños dignidad.

                              
                                           Mª Pilar Novales

No hay comentarios:

Publicar un comentario