DÁNDOME LAS BUENAS TARDES

Brota el agua
en la fuente de la plaza,
que un ángel en alto la guarda.

Brota el agua
en la fuente de la plaza,
tranquila canta
con el baile
que con su risa levanta.

Con su melodía

el agua plácidamente
hace sonreír el alma…

Mojando sus manos
en la fuente anda una dama,
¡vaya encuentro!

Una mirada llama
con fresco aliento.

Color de primavera…
¿qué tendrá esta fuente
que aromas de rosas mana?

Una flecha de Cupido
en las miradas inflama
y un sudor
acelera la adrenalina.

Lentamente,
la  bella dama,
acerca su blanca mano,
fresca y sonriente.

Salta mi corazón,
voy hacia adelante.

“Solo quería caballero
darle las buenas tardes”.

Y bendice mi alma la fuente,
que un ángel en alto la guarda
por encontrar un Amor
que en ofrecerme su mano
cada día sigue
dándome las buenas tardes.

                                        Mª Pilar Novales