viernes, 28 de noviembre de 2014

CUANDO SE ENCIENDAN MIS OJOS

Cuando se enciendan mis ojos entenderé el dar gracias a Dios por vivir. Por llegar al mundo para crecer mi espíritu y entender que el ser humano ha de aprender la savia del Amor sin presunción, acaso, será la humildad eslabón de virtud y talento para “persuadir” dificultades que como trampolín de inquietud y aprendizaje se presentarán.

Pero entenderé que la caída no es una derrota sino un aprendizaje hacia lo sublime. Entenderé que la vida tiene nombres propios y hay que tomar el timón del barco de nuestra propiedad que es el “YO” de cada ser humano.

Entenderé que la cosecha de nuestra vida es según hayamos sembrado, y que aunque no siempre el tiempo vaya a favor, hay que ser fuertes para el trabajo encomendado por ese Dios supremo que nos mandó al mundo para reciclarnos, para aprender y enriquecer nuestro espíritu.

                                                                                                                   Pilar Novales



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