Nobleza y grandeza de ánimo
dádiva de entusiasmo
hábito
de dar y recibir
es la pletórica Esperanza.
Pero
yo, por muchos besos que te di,
ninguno
de los tuyos llegó a mí,
en ningún rinconcito de mi piel
aún con entusiasmo los encontré.
en ningún rinconcito de mi piel
aún con entusiasmo los encontré.
Se
los debió de quedar Eolo
a eso de cruzar los mares.
a eso de cruzar los mares.
Quedando
mi alma fría,
alicaídas sus emociones,
sin realizarse la merecida Esperanza.
alicaídas sus emociones,
sin realizarse la merecida Esperanza.
Se
evaporó mi melodía
esa que me ofrecías
entre el silencio de los sueños
esa que me ofrecías
entre el silencio de los sueños
y
siempre día tras día lo decías.
¡Oscura
soledad del silencio
cuando no escucho tus palabras
y tampoco tus alientos…!
cuando no escucho tus palabras
y tampoco tus alientos…!
Mª Pilar
Novales
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