DE LAS ESPIGAS DEL AMOR

Cuando pueda encontrarme con Dios,

cuando  mi alma sea halagada por Él,
será la clemencia del cielo,
será la eterna seducción
que ha llegado a mí el asueto del mundo.

Más con acierto y sin presura
ya se me irá la duda
por haber encontrado al Ser
que bien puso en mí más de una duda
entre tantos soles y lunas
pero bien me hicieron aprender.

Y en encontrar las noches infinitas
donde las albas se juntan
siendo pues luces eternas
que en nada al mundo físico se parecen,

ya las sonrisas no mermarán.

¡Oh, alma, que consigues traspasar
los umbrales de la incertidumbre
y en ser comedida como fue

tu   palabra silenciosa
entre tantos vericuetos
del mundo incierto de la materia!

Y en pedir perdón, pedirás a Dios
que si no se hace físico presente
mande alguna carta al mundo
para que tomen nota

de las espigas del Amor

que en cualquier lugar, cerquita,
con Dios y  Jesús van creciendo
con su armonía y su color.

                                     

                                                   Mª Pilar Novales

Para Luis Felipe