Tengo frío de tu ausencia y hoy quiero preguntarte:
Dime…, sí, dime ¿cuánto amor refleja mis ojos y cuánta
luz refleja mi alma?
Quiero escucharlo de tus
labios, esa necesidad imperante de hacerte sentir mí amor, desde siempre y a
cada instante.
Dime…, sí, dime ¿qué
encontraremos cuando nuestras miradas se sumerjan en la profundidad de nuestras
almas?
Si tan solo pudieras
explicarme hoy el por qué de esos cambios en tu persona, ¿quién te dice que te
quiere?
¿Quién pudo convencerte que
te ame más que yo? ¿A quién has entregado tu vida dejándome en la amargura y el
dolor?
Profanaste el santuario que
con mi amor te edifiqué ¿por qué echaste por tierra todos mis planes y todos
mis sueños que en ti soñé y quise hacer realidad?
Pudiste haber sido mi reina,
mi nena o mi chiquilina. ¡Oh, hija de los dioses del Olimpo, mi preciosa
PROSERPINA.
Hoy solo me espera la muerte
y el desaliento sin demostrar a nadie este sufrimiento mío, o cerrar en el
libro de mi vida, este capítulo y comenzar en el mismo libro una nueva
historia.
Cuando llegaste a mi vida
encontraste la puerta abierta, entraste sin pedir permiso usando la llave de
tus poemas.
Creí que eran para mí,
tomaste todas mis reservas, nada me importó pues eran poemas y canciones
nuevas.
¡Qué necesitado estaba mi
corazón, qué solo al escuchar tus versos, te di cavidad en mí alma aprovechando
que estaba vacío este corazón que tenía frío!
Pero ahora, tú, ingrato corazón, te has marchado y en esta melancolía, triste y cabizbajo me has dejado sumido en esta tristeza profunda y con gran nostalgia esperando que un día regreses a mí.
¡¡¡¡¡ Y a Dios daré gracias
y plenas gratuidades!!!!!
Autor Rober Br
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