lunes, 16 de junio de 2014

DIME PALOMICA

Préstame tus alas Palomica, tú  que puedes volar quiero llegar  al cielo y volver a enamorar. Palomica tú que  puedes  volar  dime si  en  perder un  Cariño  del mundo, en el alto Cielo lo puedo volver a conquistar.

Que los besos que me dio, el ansia de mi ser no los puede olvidar, sigo acariciando su pelo, el dulzor de sus labios no me dejan descansar. Aún su tierno amanecer, sigue en el primer entusiasmo, sigue vivo en mi ser, ya no brilla en mí el Sol, apagó la Luna su fulgor.

Soy celoso de las nubes que entre pétalos de Rosa envolvieron su cuerpo, ese cuerpo anhelante que tuvo vida e hizo feliz tanto amanecer y que tanto lo pude querer.

 ¿Me escuchas Palomica? Más bien quiero que me aclares como son los apellidos del Cielo para acaso dirigirme a ese mí Amor perdido.

Sí, sé que en silencio habré de escucharte y atención pongo en las respuestas que puedas darme…

¿Cómo puede ser, mi querida Palomica que  los amores del cielo ya del mundo se tengan que privar, pasando a otro destino que el Eterno tiene a bien preparar?

Vaya pues, que cuando un ser querido del mundo terreno, a otro mundo lo envían a prosperar, más bien en oración la humildad se puede quedar.

Y en esperar nuestro tiempo, que sí, nos pongan las alas para volar y  con el ser querido nos podamos encontrar.

 Mientras bien sea que felicidad en el mundo habremos de encontrar para que en su otra existencia, nuestro ser querido, que fue, también de su nueva vida pueda disfrutar.

                                                                               Mª Pilar Novales


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