Se enciende el corazón
cuando se enamora el alma,
a veces se equivocan las señas
y no siempre se festeja
cuando se enamora el alma,
a veces se equivocan las señas
y no siempre se festeja
cuando el otro
corazón no sueña.
Muy discretas
se van alejando las facciones,
los tiempos y las miradas.
los tiempos y las miradas.
Y al corazón herido,
aquel candoroso
aquel candoroso
que se enamoró primero,
le sangran las heridas
le sangran las heridas
al no ser
correspondido.
Y duele el Amor
del corazón,
aquel entusiasta
aquel entusiasta
que juró ser eterno,
que juró ser sincero.
Y se ausenta con la herida
la que traspasa el pecho
la que traspasa el pecho
y llegando al alma,
se desangra en el silencio…
se desangra en el silencio…
Mª Pilar Novales
Se me da muy bien este poema, amiga. Muy Bien!
ResponderEliminarAbrazos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Y cómo llora esa herida!
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