Qué tristeza mi Niño verte alicaído por los caminos del mundo y yo en el Cielo
invocando tu nombre para que la suerte de tu sino ahuyente tu sufrir motivando
activar tu energía para la felicidad de tu existencia.
¿Sabes, mi Cariño querido, que fuiste para Mami la Luz y la
flor de mis entrañas, grandeza y hálito
de mi ser y esencia para mi alma con bandera de entendimiento?
Nunca quise morir en mi juventud sin poder disfrutar del
fruto de mi corazón pero a veces Dios pone poquitas hojas en el libro de
nuestra existencia cuando al mundo nos manda a vivir, ¿o quizá lo pedimos? No
lo sé, pero la vida es un atuendo generoso de oportunidad y valor.
Para ese mundo, en muchos a falta de la Fe creciente, yo
quisiera decir que Dios existe, que es una vida mejor, sutil y diferente y que
solo hace falta ganarla pasito a pasito siendo fraternalmente amantes y
agradecidos a la existencia humana.
Aquí no existen edades, tú sigues siendo mi Niño y yo la
eterna Mami con mi juventud y siempre entre la Paz y las flores del excelente
Edén aunque en ese mundo perecedero -y a
veces ingrato- Mami tenga la edad de los setenta y tú mi Amor, suficientes primaveras para comprender la
vida y la verdad del verdadero Amor.
…Y no sabes mi bien las alas que el Creador me permite para volar
contigo y seguir arropando nuestra alegría y nuestro Amor. No olvides nunca mi
ser querido, que Mami, siempre en silencio, está contigo bajo la sombra,
arropándote con fervor y el permiso de Dios.
Para Rober Br Te
quiere Mami
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