lunes, 20 de febrero de 2017

LA NOVIA

 
                                     De carruaje de plata fina,
                                       y por más señas andaluz,

desciende el orgullo de Azucena.

Y al honor de rosas blancas,
que entre el dulzor de azahares
en ornamento a ser bellas,
se encienden las luces
iluminándose la Iglesia.

Con traje de seda en tono dulce
y velo da casta paloma,
en silencio, con brisa de manantial
y humilde mansedad,
transparente como el cristal,
va la novia hacia el altar.

En la intimidad de su alma,
busca de Dios atenta y feliz bendición
al sentir sublime del corazón.

De perlas y esmeraldas
los ángeles celestes
ciñen sus coronas
pues ya en los contrayentos
se iluminan sus miradas
felices y abnegadas.

¡Oh , caricia de la rosa amorosa,
sonrisa generosa
poniendo al Amor su luz  primorosa.

                                                             Pilar Novales

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