JESÚS ENSEÑA LOS VALORES DE LA NATURALEZA
No es necesario más de cerca conocerte,
bien sé que me has hecho
a tu imagen y semejanza y de otros diferente,
me has dado privanza
regalándome una familia excelente.
me has dado privanza
regalándome una familia excelente.
Has sido mi compañero y he de agradecerte
tu amistad en mis juegos cuando niño
y a mucho honor con Amor complacerme.
tu amistad en mis juegos cuando niño
y a mucho honor con Amor complacerme.
Ahora que crecí, caminas a mi lado
de otra forma, que sin palparte,
de otra forma, que sin palparte,
con esmerado orgullo puedo verte…
En cualquier ser humano que advierto por la calle,
si anda en dolor, en él tu rostro se refleja;
si anda en dolor, en él tu rostro se refleja;
En el ser querido que mi ayuda necesita;
En aquel abuelo que en su soledad severa,
mi sonrisa y mi palabra le resulta agradecida;
mi sonrisa y mi palabra le resulta agradecida;
En ese, o en aquel compañero de la vida
que su perfección física no le fue precisamente concedida;
que su perfección física no le fue precisamente concedida;
En aquel niño que el Ruiseñor del cariño,
despistó su atención en recordarle,
y acaso para su llanto o su dolor
despistó su atención en recordarle,
y acaso para su llanto o su dolor
algún alivio puedo encontrar y consolarle;
O en algún hospital o guardería de abuelos, besicos
ofrecerles;
O al encuentro de aquellos otros seres que carecen
de principios o haberes culturales,
pueda sin duda, mi modesta enseñanza,
al interés de sus deseos transmitirles.
O al encuentro de aquellos otros seres que carecen
de principios o haberes culturales,
pueda sin duda, mi modesta enseñanza,
al interés de sus deseos transmitirles.
Solo, al acabar mi tiempo de este feliz, o penoso mundo
donde está la esfera de la escuela redonda de la vida,
donde se puede sembrar y luego cosechar
para obtener algún fruto provechoso, a tu gusto complaciente.
donde está la esfera de la escuela redonda de la vida,
donde se puede sembrar y luego cosechar
para obtener algún fruto provechoso, a tu gusto complaciente.
Así, espero Señor Jesús, que algún día al llamarme al examen,
pueda contentarme tan solo con un cinco de aprobado
y consiga lograr desde algún rinconcito verte.
pueda contentarme tan solo con un cinco de aprobado
y consiga lograr desde algún rinconcito verte.
Pilar Novales
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