PILUCA BENOIT
Nació en Francia su padre era francés y su
madre española por lo que ya adolescente, vino a quedarse en nuestro país, en
España, con su madre divorciada y su familia materna aunque viaja a Francia con frecuencia al
cariño de su padre.
Piluca, aunque la carrera de Filosofía y Letras la cursó en España, a
poco de venir ya comenzó a enseñar su lengua materna, el francés.
En la Poesía hace sus pinitos con cierta
autoridad. Trabaja en la Ciudad Condal en centros de enseñanza privada.
En Francia -me comenta- la vida siempre ha
sido más avanzada que en los círculos españoles.
Cuando
aquí en España, aún en la adolescencia, llevaban las chicas calcetines, a las jóvenes francesas ya se
les permitía medias sujetas con ligueros, faldas cortas y pantalones.
A
sabiendas que la vestimenta tiene mucho que decir. La minifalda revolucionó el
mundo desde el año 1964 y se comenzó
a pensar que la tal falda dejaba muy descubiertas las
partes sensuales del cuerpo femenino, el fémur, cubierto por los magníficos
muslos.
Coquetería que al hecho simbólico
revolucionó conquistando el mundo. ¡Ay los muslos de la mujer cómo se quedaban
al descubierto al ánimo provocativo de los pequeños y mayores hombres!
¿A quién se debía aquella
sensación provocadora? Pues ni más ni menos que a la diseñadora inglesa
Mary Quant.
De esa forma se quedó la minifalda como
hecho activo de la vida occidental. Por eso, siendo España mucho más retrasada
en muchas cosas, la modernidad de la vestimenta costaba más en aceptarla.
¡Qué pecado tan provocativo para la
sociedad y aún para la eclesiástica!
Nunca se comprobó que la diseñadora se
inspirara en el automóvil MINI. Más quién pudiera saber lo que de aquella mente
pudiera salir.
De la “provocación” que consideraban, que
tan solo era en evolucionar en la moda, costó pasar y en nuestro país no
digamos, aún las
mangas cortas o verse
la pantorrilla, era una
evidencia de saltarse el decoro, y Piluca se asombraba un poco de tanto recato.
Pues no entendía bien las formas pero bien se
adaptó a España.
Lo
mismo ocurría, no solo con las
faldas cortas, sino también con las mangas y con los escotes, y la falda, era
una falta de respeto pecaminoso contra las normas morales aún en los años 70.
El vaticano no pudo ir contra aquella moda, era fuerza mayor. La primera dama
Jackelyn Kennedy si hizo a la modernidad apostando en sus propios trajes y
vestidos bien cortos.
Con el placer de llevarlos la primera dama
Jackelyn, los iba promocionando. Así fue saliendo la moda hasta hoy ser
prioritarias las formas y modelos femeninas.
Los pantalones los comenzaron a llevar las
mujeres a finales del siglo XIX para trabajar en la industria o en
trabajos de granjas, fábricas y
similares profesiones, aunque sí, eran pantalones masculinos de sus familiares.
Así, en los años 70 en Estados Unidos,
comenzaron a confeccionar pantalones femeninos ya que la educación pública
consideró, en esto, tratar a las mujeres como a los hombres por igual.
Cuando las actrices salieron fotografiadas
con pantalones en 1930, las féminas de la sociedad normal, no los comenzaron a utilizar hasta el año 1960 y con cierto recato.
Esto sucedió cuando André Courrèges,
introdujo el pantalón en las mujeres como moda de actualidad.
De estas maneras Piluca Benoit me iba transmitiendo sus cultivadoras historias, lo
mismo que cierta riqueza poética de su capacidad inspiradora.
Esa capacidad instigadora y ennoblecedora
que yo absorbía con
agradecido entusiasmo.
Sintiéndose feliz en tierras españolas envuelta entre libros y más libros, que en cultural entusiasmo poético, era un portento
de palabras.-
Pilar Novales
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