¡¡¡Qué maravilloso es amar!!!
Que maravilloso el vuelo de la sonrisa y en su inocencia disfrutar.
Porque ¿sabes dios Apolo?
Dos palomas sobre el cielo del Amor, van formando la dulzura del beso de la
libertad.
De esa libertad de los sueños que nadie puede
privar.
¡Oh, vuelo del Amor que rizas las palabras sin sonido porque solo van
en el corazón!
Entre guirnaldas y flores frescas, y en la
retórica sublime de la razón, en esa elocuencia dialéctica del pensamiento,
surge la corona de la canción, del mimo, de la caricia donde la fuente de
Castalia, se sigue nutriendo de las aguas de la propia Naturaleza.
Naturaleza que emanas, aún en el tiempo de hoy
los vapores alucinógenos provocando visiones y sueños.
Donde aún, en las veladas, sigue tocando su lira
el dios Apolo entre cantos, bailes y poesía que
las Musas, y al frescor de las aguas, van desgranando.
Parnaso, Templo de Apolo, lugar donde siguen manando
las aguas, donde siguen brotando los versos de aquellas Musas de entendimientos
y delicada ternura en la palabra.
Porque
¿sabes dios Apolo?
Yo sigo
volando a la par de un Amor, aún veo el lugar de tu ilustre tiempo en libre
esperanza de tu encuentro prisionero de tu silencio.
¡Oh, misterio de la vida cautivo del tiempo del
destino, lluvia de locura de los poetas enamorados, que a la par de la vida,
van con el suspiro de sentirse en plenitud los vuelos de la razón.
De una razón que la metáfora, permite el servicio de la expresión de Amar, de sentir
el oleaje del azur reflejado en el vuelo de dos palomas volando sobre el cielo
azul del Amor.
¡Oh, lápiz que aún sigues escribiendo el aliento de un poema o un verso buscando pájaros de
primavera…!
Buscando la brisa en las olas de los mares de una palabra amable, del
viento que mueve la hoja rozando el
rostro del Alba, o del atardecer con una melodía triste de no querer morir
buscando la alegría de vivir.
Pero yo, dios Apolo, siempre quiero ser como una
fruta madura rozando la miel de los versos de primavera.
Coincidir con el maravilloso vuelo de la sonrisa,
alcanzar mis alas de seda en mi
condición del vuelo buscando el reloj de la esperanza.
¡Oh, camino secreto de la vida! ¿Qué me tienes
reservado para cada día de mi locura?
¿Qué besos podrá el destino guardar para mí en
algún rincón del olvido?
¡Oh, sombra y tesoro que nunca puedo entender si
será de día o de noche cuando la Luz en mí pueda tener un final, sino radiante, eficaz en amar!
Mientras, mi querido Apolo, sigo volando con un
Amor que se prestó en una nube de la noche buscando la Aurora de un feliz
amanecer.
rpisc
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