CASTALIA EN EL SILENCIO DE DELFOS
Silencio
que
quedas conmigo
cercándome entre los
manantiales de Delfos
permitiendo
entrar en mí saciando el espacio de mi sed.
Esa
agua milagrosa que se bebe absorbiendo
la libertad de la noche en el
pensamiento
entusiasta de la Musa de la inspiración como un broche.
¡Qué silencio me ofreces Fuente Castalia, fuente que
sigue manando
entre
laureles
del Monte Parnaso
donde surgen
las bellezas que,
soñadoras, pudientes
ellas, en saciar la inspiración del dulzor de las
palabras
gestadas en poesías,
en loas de su propia oración.
Y
en el sueño de tu ninfa,
entre mi silencio, escucho tus latidos que aún
siguen
manando
a la espera de purificar mis pensamientos y dolencias.
Agudeza
de la virtud gratificante, que a
veces, el cielo envía hacia la
recompensa
del destino, atuendo fecundo de un
poeta.
Silencio
que pones mil
pensamientos con adjetivos del sentir de los apegos con distinguido lenguaje poético.
Metáfora
entre lírica
y rima de sueños
ocultos.
Y pasas, silencio, feliz entre las
cuatro
estaciones del tiempo de vida como pasarelas, a veces, de lamentos o de
gratificante y suave brisa.
¿Cómo
será cuando
dicen que la Frenología divide el cerebro
en diferentes
capacidades de apartados expectantes
de inteligencia? ¿Acaso
será de
lo visible y lo invisible?
¿Y se considerará que el poeta, entra en esta división con el
ritual de un sueño
inspirador
de ternura, sensibilidad y gracejo de corazón,
y sobre todo, inspirador
con
el sentir benevolente de la Paz y del Amor?
¡Oh, fuente de vida,
del silencio que aún refrescas
entusiasmos y versos!
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