ALEXANDER AVERIN
Siempre que hay
un Amor, alas se pone el corazón, ilusiones vivas que siempre tienen gran valor.
Y en emprender
el vuelo lleva una razón, hálitos que tiene la dulce savia del Amor.
Ejercicio de la
atracción, néctar de la sustancia que sin duda, tiene aromas buscando en las
orillas de sus mares su esencia.
Y son risas
cuando el vuelo tiene alcance, cuando se encuentra el latido de su primavera
creciente por ser juventud y aliento bien medido.
Y es vida, dulce juventud de Amor, es dulce y joven primavera con la belleza de la
flor sin haber edad para la primavera de su color.
Siempre que un
Amor se enamora produce acciones que el
alma precisa, son reacciones del espíritu en juventud, brotando en la mente una
joven rosa.
Así se enciende la vida cada amanecer, cada día que se abre nuestra primavera,
primavera encendiendo velas sin cobardía.
Pues bien van renaciendo
cuerpos y mentes, en sembrar nuevas
simientes sin dudar
y siempre en su sazón, va renovando talentos con prosperidad.
Bien la
primavera es juventud, que sin tener
edad, es primavera siempre que su tiempo
tenga solicitud cuando mentes, almas o espíritus, son jóvenes que siguen abriendo el capullo de
su flor
Es infinito el Amor cuando el alma lo une al corazón, pues
bien son sentimientos
que primero han de encontrar la razón.
Como una alegoría poética
en su didáctica de acordes, es la inspiración del Amor.
Y en florecer la rosa de su interior, son dos o más almas infinitas que nunca
perderán su calor.
Hay momentos que la mente necesita fresca dicción o elocución,
un abrazo, una coherente expresión...
Tan solo una sonrisa, una mirada, que según mira sonríe,
es suficiente para cambiar el ánimo de nubes tristes a un sol radiante, vivificante
y libre.
La belleza del arte nos da jovialidad, alegra momentos,
mitigando el dolor de amores perdidos, de esos sentimientos que dejaron nuestro
corazón herido.
¡¡Oh, primavera
de los sentimientos de cualquier edad ya que los años y la felicidad, los va fraguando
la mente según los ánimos de su capacidad!!
…Y llegan otros
amores porque la primavera de nuestro entendimiento está en la razón, en el corazón
del alma floreciendo sus valores.
Mª Pilar Novales