lunes, 14 de abril de 2014

DIOS NO ES INVISIBLE


En las aguas dulces del manantial de la existencia humana, se envuelven los entusiasmos, se enriquecen los sentimientos saciando la sed de corazones sedientos, sedientos de Amor y afectos. Energía Divina, aliento creador de tierras, mares y cielos, de lo inteligible… Aguas del propio Verbo de lo Infinito.

No eres invisible, Dios  Omnipotente de la Verdad.  En ese manantial de la Creación, te haces presente.  Estás en cualquier rincón del mundo de la materia, en cada  paisaje, en los árboles, en las flores, en cada hojita se respira tu hálito, en la música de ríos y mares se oye tu voz.

Eres el Sol que atraviesa las constelaciones dejando el reflejo  en la sonrisa de la Luna. Eres la Luz de cada estrella encendiendo los luceros del Universo. En el ser humano prendes tu Esencia. Soplo energético para  la vida sedienta del Amor, de la fraternal hechura del Ser.

Engendras al ser humano en el jardín de la inocencia dando abono para crecer las flores de su existencia pero no siempre, Dios de la Verdad y de la Vida,  se aprovecha tu ayuda quedando el alma desierta, ciega de esa Luz que diste a la angelical ternura del ser humano al llegar al mundo.

Dando oportunidades silenciosas, ciñes la imagen física del hombre convirtiéndolo en polvo una y otra vez para volver  a reciclar su espíritu, fugaz tiempo, hasta llegar a ser estrellas  del propio Universo.
                                                               

                                                                                                              Pilar Novales          

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