DE LA SINRAZÓN

Cuando se apagan los faroles

de las dignas emociones,
de aquellos Amores
que fueron de vivencias
cálidas seducciones,

se llega a la sinrazón
y en vez de buscar
dignamente una razón,
se entra en el laberinto
de mucha “peregrinación”.

En hacer suya impropiamente
más de una diversión,
se tienden mentiras y verdades
buscando cobijo improcedente
a falto de diálogo, respeto y reflexión.

Entre las “nuevas amistades”
de vagabunda va la expresión
hiriendo sentimientos,
deteriorando el corazón
quedando cautivo el diálogo
perturbando los afectos
y sin la humildad de hallar perdón
se pierden los acentos.
Sin recomponer culpas de dicción
se rompe la familia
sin modelar el Cariño compensación.

                                        Pilar Novales