Apasionado y sensitivo que
meces mi cuerpo en las dulces aguas del río con ennoblecido corazón.
¿Qué haces sumergiendo mis
ideas y el latir de mi corazón a tus deseos flotando mis besos como si fueran
posesos?
¡Oh, sueño que buscas mi
eterna juventud y yo acusándome de fortuna por tenerte dándome sabor de locura!
No me hagas reproches que
eres sólida esencia de mi avanzado pensamiento, altruista y generoso con
apetecer de entusiasmo.
Éxtasis que silencias la
palabra levantando las alas mi espíritu inquieto y anhelante. ¡Oh! ¿He dicho mi
espíritu inquieto y anhelante?
Sí, cuando mi mano de lirio
va escribiendo aquella nota con pluma de ave en papel de plata y pregunta la
Ternura ¿qué escribes?
“Escribo al Amor de la
juventud como tú”, y la Ternura en
silencio, bajito, me dice al oído… ¡Eres un Amor con sabor a fresa!
¡¡¡Atrévete!!! Atrévete sueño
a seguir en el éxtasis del sentir de la palabra de mi feliz inocencia…
Esa inocencia sin maldad, con
poderosa energía buscando el fraternal entendimiento de la insaciable vocación
humana.
¡OH, DULCE CORAZÓN, NÚCLEO DE
MANSEDAD!
Pilar Novales
Registrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario