El tiempo nocturno va avanzando, la noche crece en la
inspirada memoria y tú, mi niño, vas feliz en mi regazo.
Durmiendo tu sueño va con tu sonrisa y al canto de las
estrellas, la Luna va ofreciendo su cuna hasta iluminar el Sol con la Aurora.
¡Oh, mi niño, quién como yo pudiera tomarte en sus brazos
mientras sonríe un lucero en el cielo con tu placido sueño.
Cuando se despide la Luna, se va con su traje de fiesta,
sabe que volverá con la sonrisa en sus labios y la cuna de mí niño…
Mª Pilar Novales
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