QUIRINA Y FABIAN
-¿Sabes cariño que al Amor del mar surge la caricia?
-Si, Amor. Me he despertado con
treinta años menos. Así que estamos en plena juventud.
-Nos pongamos la ropa que
guardamos de aquel tiempo y disfrutemos de los años que nos quedan por vivir.
-¡Vamos! Volvamos al feliz espacio que nos deparó la suerte en vivir y ser felices. -¿No recuerdas Amor el
primer día, aquel que tuvimos la suerte de conocernos?
-¡Huy…, no me lo recuerdes
Fabián querido, por favor!
-Perdona, mi cielo. Aquella
mañana de verano, marcó la suerte de mi vida.
-¿Acaso no marcó la tuya
Quirina querida? Yo, cada vez que lo
recuerdo me sujeto con fuerza a los sentimientos que marcaron nuestro camino de
felicidad.
-¡Ven! Juguemos con las olas
como entonces y que nos vuelva a cubrir otra ola gigante, que nos de el remojón primero.
Como aquella ola traviesa que de un
salto se llevó los tirantes de tu bañador dejando entre las
aguas la belleza de tus senos de fina porcelana, y yo los cubrí con mi pecho y asida con mis brazos de ensueño, siguió la ola con fuerza acurrucando nuestros cuerpos.
Igualito que a una sirena te di el beso más fresco, dulce y famoso
de la historia de un primer Amor dentro de un corazón.
Cuando llegamos a la
orilla, tú roja como un tomate al aplaudir la gente creyendo que estábamos de
viaje de novios, sin poder pensar nadie, que era la primera vez que nos
conocíamos.
-¡¡Anda, Amor, bailemos y nos demos el mismo beso
de entonces porque aún siento estar en el encuentro de nuestro primer Amor ante esa ola entusiasta en mimarnos!!
Pilar Novales