domingo, 27 de mayo de 2018

¡POBRE ANTONINO!

Envidia le tengo al agua 
cuando te encuentro sentada
en la orilla del río entre rosas
y voy leyendo de tu ser la prosa.

Y veo tus ojos como estrellas despistando
su mirada entusiasta tan cerquita de la orilla.

Refugio de mis sueños, alegría de mis días
donde yo me adueño con tu sentir de melodía.

Y quiero soñar que tú eres como una sonrisa mía
asiéndome a esa rosa perfumada
para toda la vida mía.

Y sigo bajo el manto de la vida a veces con lágrimas
que van enturbiando mi mirada de mi triste destino
entre congojas mías y aplausos ajenos.  

Y  en ese doloroso respeto anda mi recato
                  encadenada mi alma  sin apenas poderte saludar,                   
viéndote con otro hombre va mi  encanto,
el que anhela en poderte besar
ahogándose  mi sentir y mi orgullo.


Y miro al cielo sabiendo que no te podré  halagar
y bien busco mis alas
para tan solo mi alma poderte amar.

                                         
                                         Pilar Novales
Registrada                                                                                  





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