Niño de la vida,
mi ángel bueno.
¡Ay cómo te quiero
mi niño del Alba!
mi niño del Alba!
¡Ay mi niño yo quiero
sujetar tu alma
sujetar tu alma
y tú sin decir palabra,
ni lloras, ni cantas!
ni lloras, ni cantas!
¿Qué tienes mi niño,
que no notas el frescor de la Aurora,
que importancia suprema,
que en tu albor, del cielo te llaman?
que no notas el frescor de la Aurora,
que importancia suprema,
que en tu albor, del cielo te llaman?
¡Ay Señor, que mi niño se marcha
porque en el Cielo…
a Vos hace falta!
Porque en el cielo,
el ángel que al mundo mandaste
el ángel que al mundo mandaste
creciendo en mi claustro materno.
a Vos hace falta…
Y en la tierra queda el dolor,
el dolor de una madre herida
en su alma y en su corazón
sin la tierna caricia de su Amor.
el dolor de una madre herida
en su alma y en su corazón
sin la tierna caricia de su Amor.
Pilar Novales
rpisc
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